Ramírez Marín siempre ha apoyado a las mujeres.
Como político ha impulsado a las mujeres para que puedan alcanzar su máximo desarrollo, creando programas que las respaldan y generan espacios de igualdad, así como para su cuidado y el de sus familias.
Hijo de una profesora que le dio principios y valores, que moldeó su carácter y priorizó la figura femenina en su impronta, el Senador, Jorge Carlos Ramírez Marín tiene a las mujeres muy presentes y en un lugar preferente en su desempeño en la Cámara Alta.
Ese ejemplo, recibido en el hogar, desde la más temprana edad, le otorgó la altura de miras para darle a las mujeres un sitio prioritario en su vida, que replicó con sus hermanas, su esposa María Elena e hija Silvia.
Promotor de diversas iniciativas en favor de la mujer en su paso en los congresos de Yucatán y de la Unión, en el Senado y como candidato a cargos públicos, el Presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República ha pugnado por el bienestar de las mujeres y porque estas tengan un ascenso en el plano social y económico, para que logren equidad, respecto a los varones.
Y este impulso ha sido para aquellas mujeres de las áreas urbanas, hasta aquellas que viven en zonas alejadas de lo citadino.
No en balde, Yucatán ha sido pionero en la equidad de género y lo fue desde inicios del siglo pasado, cuando en 1916 el Congreso del Estado avaló la elección, por primera ocasión, de dos mujeres para ser diputadas locales por Yucatán.
Ello propició su incorporación al desarrollo y a la participación en sus respectivas comunidades.
Más recientemente ha pugnado, desde la tribuna senatorial, por eliminar los impuestos de los productos de higiene femenina y la protección digital de infantes y adolescentes de ambos sexos.
Asimismo, las clínicas Wilma Marín, que con 10 establecimientos en todo Yucatán, 3 de ellos en Mérida, ofrecen atención médica y medicamentos en buena parte gratuitos a los yucatecos.
Además, los chips para telefonía celular gratuita y descarga de datos que permiten a las jóvenes yucatecas expandir sus posibilidades de conocimiento y cumplimiento de sus tareas educativas, sin tomar en cuenta lo que representa como vitrina para el emprendedurismo de las productoras del estado.
